El Hinneni Trail Running participó en la ultramaratón Transvulcania 2015

El mejor de los locales, dentro del pelotón popular, fue Gúmer Esteve Martínez, quien finalizó la prueba en el puesto 85º

Fuente: Hinneni

Un nutrido grupo de jumillanos del Hinneni Trail Running se desplazaron hasta La Palma para participar en la ultramaratón Transvulcania 2015, ultra internacional que entra dentro de las Skyrunning World Series, uno de los más prestigiosos circuitos de carrera por montaña a nivel mundial. Allí compitieron, dentro del pelotón popular, en una de las carreras con mayor presencia de corredores de élite como: Luis Alberto Hernando, ganador de la prueba por segundo año consecutivo estableciendo un nuevo record de la misma; Dani García, segundo clasificado; y el australiano Blake Hose, cerrando el podio, pero seguido de cerca por los estadounidenses Dakota Jones y Zach Miller y el griego Dimitri Theodorakakos.

Dentro de la gran cantidad de corredores de renombre también estuvieron Manuel Merillas, Pablo Villa, Timothy Olson o Josef Ajram, entre otros. Asimismo, hubo notables abandonos entre los élites como el exciclista Roberto Heras y su hermano Miguel, o Jessed Hernández, que venía de ganar el campeonato de kilómetro vertical.

Entre las féminas, la ganadora fue, una vez más, la noruega Emelie Forsberg, seguida por la española Anna Comet y la francesa Marie Guillot. En total, finalizaron la dura prueba 1.084 corredores de todas la nacionalidades, pero la nota negra fue el alto número de abandonos debido a la distancia entre dos de los avituallamientos en una de las zonas más duras de la carrera, lo que evitó que 500 corredores, entre abandonos y fueras del tiempo de corte, no llegasen a la meta de los Llanos de Aridane.

La actuación del equipo jumillano tuvo su cara y su cruz, por un lado, las grandes actuaciones de los finisher, y por el otro, los abandonos debido a la deshidratación en el punto negro de la carrera y a los pasos fuera de tiempo por puntos de control que conllevaron el abandono de cuatro de los nueve corredores jumillanos que se desplazaron a La Palma. Así pues, los resultados de los jumillanos fueron los siguientes:

85º Gúmer Esteve Martínez, quien finalizó la prueba en 10 horas 4 minutos 35 segundos.

137º Agustín Navarro Mateo, finalizó la prueba en 10 horas 50 minutos 13 segundos.

138º Manuel Esteve Martínez, finalizó la prueba en 10 horas 50 minutos 14 segundos.

572º Joaquín Tomás Ortega, finalizó la prueba en 13 horas 42 minutos 47 segundos.

818º Miguel Ángel Sánchez García, finalizó la prueba en 14 horas 54 minutos 18 segundos.

José Pérez y Mary Zaragoza fueron obligados a abandonar en el avituallamiento del Refugio del Pilar por pasar con algo más de 5 horas, que era el tiempo máximo permitido, lo cual no conocían los corredores jumillanos que habían estado reservando fuerzas para el final de la carrera, mientras que Miguel Ángel Puertas y Guillermo Bernal abandonaron en el auténtico punto negro de esta edición de la carrera, entre el Pico de la Nieve y el Pico de la Cruz, una zona dura de terreno técnico y sin apenas árboles que supera en todo momento los 2.000 metros de altitud y donde faltaba un avituallamiento con respecto a otros años; en esa zona, la hora del día, el calor y el error cometido por la organización al indicar que el próximo avituallamiento estaba casi a cuatro kilómetros antes de lo que en realidad se encontraba, obligó a los corredores a ir sin reponer agua entre tres y cuatro horas cuando llevaban ya recorrida casi la distancia de un maratón de montaña.

“Esta situación produjo situaciones de verdadero caos, aunque la gran respuesta de los servicios de rescate, helicópteros, etcétera, y el gran hacer de los habitantes de La Palma y de los voluntarios que se desvivieron por ayudar a los corredores, evitaron que fuera mucho peor la situación de lo que ya de por si lo fue y es que esta carrera se caracteriza por la belleza y los contrastes de su recorrido, pero, sobre todo, por sus gentes, por los voluntarios que se entregan en cuerpo y alma a ayudar y animar a los corredores y convierten esta titánica prueba de esfuerzo y sufrimiento en una apoteosis de orgullo y placer cuando superan la meta y entran en los Llanos de Aridane arropados por el rugir de sus gentes, con más ánimos y más arengas, si cabe, que cuando mayor es el tiempo necesitado para concluir la prueba, porque en La Palma sí vale eso de “los últimos serán los primeros”, y como citaba el speaker al inicio de la prueba, a nivel del mar, a eso de las seis de la madrugada ante 1.500 corredores que apenas habían dormido: “Aquí no hay corredores buenos y malos, solo corredores más rápidos y más lentos, porque cualquier corredor que crucé la meta de los Llanos es un ganador”, explican desde el club jumillano.

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