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Hoy es Domingo 19 de Mayo de 2024  |  

Mercado o la apoteosis de la metafísica

 
 

amalgama-metafisicaSegún una opinión generalizada, la filosofía es una disciplina alejada de los problemas cotidianos del hombre común, sin embargo, esta afirmación es completamente falsa; muy al contrario, la filosofía ha determinado a lo largo de los siglos la estructura del cerebro de millones de personas. Y lo sigue haciendo sin que nosotros lo notemos. Las palabras  que utilizaré en esta entrada están alejadas del lenguaje simplificado que el pensamiento neoliberal ha impuesto en la sociedad del siglo XXI, pero la historia que quiero contar no puede ser expuesta de forma más sencilla. Hablaremos, de la forma más breve y básica posible, de un largo periodo inscrito en eso que llamamos filosofía occidental, nacida en Grecia en algún momento del siglo VII antes de Cristo.

A este periodo, que podemos remontar hasta la muerte de Sócrates, se le llama metafísica, y ya con Platón, y el famoso mito de la caverna, se comienza a valorar un supuesto mundo aparente (el mundo de los arquetipos y las ideas) sobre el mundo real y tangible de las cosas físicas. La tendencia de Platón pretende explicar el mundo remitiendo a otro mundo, sea o no probada su existencia, una tendencia que seguirá creciendo en el ordenamiento de Aristóteles en las “categorías” y, con el tiempo, cristalizará con la confluencia del pensamiento judaico y el neoplatonismo griego en el cristianismo, ese movimiento religioso cuyo primer y más activo vertebrador fue Pablo de Tarso.

El siglo XVIII sustituyó el Dios cristiano por la Diosa Razón, dejando a aquél como un lejano arquitecto. La misma ciencia basará sus presupuestos en el sistema de las “categorías”, originado en la obra de Kant pero deudor directo de los arquetipos platónicos, esto es, de la prevalencia del mundo ideal, del mundo de las apariencias, sobre el mundo tangible e inmediato. Ni siquiera los empirismos o la rigurosidad del método científico pudieron con este prejuicio. La Ilustración recupera con energía los llamados Universales, ya expuestos por Platón, de forma que una de sus concreciones más conocidas será la Declaración de los Derechos Humanos. Esta especie de Neoplatonismo dominará la escena intelectual hasta bien entrado el siglo XIX, cuando la crisis de la Modernidad derriba un edificio hasta entonces incuestionable. Una interpretación de Nietzsche desarrollada desde el punto de vista de los Presocráticos lleva a Martin Heidegger articular el concepto de “olvido del Ser”, un proceso que se supone emerge ya en Sócrates, en el comienzo de la metafísica tal y como hoy la conocemos. El alejamiento progresivo del mundo intelectual respecto a la realidad circundante, en definitiva, al Ser y sus entes, ya había sido planteado por Husserl con su Fenomenología, esgrimiendo el lema “a las cosas mismas”, pero no con la radicalidad y la frescura de los existencialistas, seguidores de Heidegger, que pretenden hacer filosofía con las cosas más cotidianas, en un brusco golpe de timón respecto a la metafísica como “olvido del ser”. Esta intuición radical, que ha dado los frutos más jugosos del pensamiento europeo del siglo XX:  Post-estructuralismo, Deconstrucción, Postmodernidad, realiza la crítica de una Razón lastrada por los recuerdos platónicos de unas categorías inalterables, inmutables, pero al parecer ya caducas; la propia legitimidad de la Ciencia es sobrepasada por una preocupante radicalización de la Tecnica, entendida como Ge-Stell (estructura de emplazamiento, en el escurridizo lenguaje heideggeriano), es decir, como absoluto desprecio del mundo natural, entendido como puro objeto de manipulación, de “puesta a mi servicio” de las cosas, de manipulación irresponsable, pero también como herramienta perfecta de producción de mercancías. A su vez, la Postmodernidad encuentra que teoría de los Universales, llamada por Lyotard “grandes relatos”, ha desaparecido a favor de un planteamiento de la sociedad esencialmente basado en el rendimiento económico, donde sobran este tipo de narrativas.

Esto nos remite a la crítica marxista a la estructura de la producción dentro del sistema capitalista, que  deja al descubierto uno de los aspectos más inquietantes de esta preponderancia de la metafísica como “olvido del ser” que sólo hasta fechas recientes permanecía oculta. De este modo, Marx aparece como un analista de la fase final de la metafísica, donde los Universales, la noción de Dios e incluso la legitimidad de la Ciencia se desmoronan para dejar solamente la última idea metafísica universal: el Capital.

Por un lado, la asunción de la mercancía como referente metafísico radical, la presencia del “valor de cambio” como categoría incuestionable, inviolable, por encima de los “valores de uso”, en su forma de entes cotidianos, al alcance de la mano; por otro, la sospecha de que el propio ente humano, el Dasein, el hombre histórico de los existencialistas despojado ya de las categorías universales, el ciudadano de a pie, al fin y al cabo, es la víctima perfecta de esa conversión en Dios supremo del capital, del valor de cambio en tanto ideal inapelable.

El hombre queda convertido en mero capital humano, objeto de uso intercambiable, colocado por la Técnica para su manipulación, tanto como consumidor cuanto como fuerza de trabajo. Este Universal absoluto que el neoliberalismo ha convertido en Biblia de la etapa avanzada del capitalismo representa la apoteosis de la propia metafísica, como ya predijo Heidegger, apoteosis, final y derrumbamiento al tiempo, sin el cual no es posible una vuelta a la etapa anterior al oscurecimiento del Ser.

La salvaje tiranía de los llamados mercados, de las multinacionales como organización supranacional a modo de arquetipo, la ubicuidad completa del capital, la desvinculación absoluta del sistema financiero respecto al mundo real sólo son algunas  de las manifestaciones más claras y tenebrosas de ese final de la metafísica que se producirá no sin violencia, no sin gasto de vidas, no sin sufrimiento; el análisis pormenorizado de esta crisis deberá esperar hasta otro artículo.

La Amalgama

 
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