La infanta “noós sé” “noós recuerdo”… o eso dice, seguirá imputada, de momento

“No sé”. “No me consta”. “No lo recuerdo”. La infanta Cristina de Borbón ha respondido con evasivas a las preguntas de José Castro durante la primera parte de su interrogatorio ante el juez instructor del caso Nóos, que se prolongó durante cinco horas y unas 400 preguntas. La declaración como imputada de la hija menor del Rey continuó por la tarde con las respuestas al fiscal, el abogado del Estado y las acusaciones particulares.

Al término de la sesión, pasadas las seis de la tarde, sus abogados dijeron que habían respondido a “todo” y que estaban muy satisfechos. Por el contrario, el resto de abogados subrayaron que la infanta había continuado con las evasivas.

Dijo que no sabía, por ejemplo, que al servicio doméstico de su casa lo pagara en dinero ‘negro’ y que firmaba lo que le decía su marido, Iñaki Urdangarín, porque confiaba en él. Dijo también que hacía pagos con la tarjeta de la cuenta de Aizóon porque desconocía de dónde procedía el dinero –incluido el pago de un euro por un párking-; igual que dijo desconocer si el Rey había enviado un mensaje a Urdangarín en el sentido de que abandonara la empresa Noos o, al menos, las prácticas que realizaba.

El juez Castro le ha enseñado infinidad de documentos donde aparecía su firma, que ha reconocido, pero una y otra vez afirmaba que desconocía todo lo relacionado con la empresa que administra junto a su marido.

A bordo de un Ford Cmax azul metalizado llegaba la Infanta Cristina de Borbón, a las 9.46 horas, hasta la misma puerta de los juzgados de Palma, evitando descender a pie la rampa de la vergüenza, por la que sí desfiló, hace ahora casi dos años, su marido.

En medio de unas espectaculares medidas de seguridad, con la céntrica avenida de Alemania de la capital palmesana literalmente tomada por la Policía, la hija menor del Rey ha descendido del vehículo enfundada en unos vaqueros, chaqueta negra, camisa blanca y sujetando un teléfono móvil en su mano derecha. Lanzó media sonrisa a los cientos de periodistas que la aguardaban y, a continuación, se dirigió al interior de los juzgados tras recorrer un corto trecho de apenas 10 metros.

El juez Castro deberá decidir en los próximos días sobre la imputación de la infanta por supuestos delitos de delito fiscal y blanqueo de capitales.