2º de Bachillerato del IES Arzobispo Lozano realiza un viaje a Salamanca

Los alumnos de 2º de Bachillerato del IES Arzobispo Lozano viajaron a Salamanca, Ávila y Segovia el pasado mes de enero, junto a varios profesores, para conocer la historia y el arte de estas tres bellas ciudades castellanas, así como la literatura y la ciencia vinculadas a ellas.

En Segovia, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, visitaron el Acueducto, el Alcázar, la Catedral y las Murallas…, así como el Real Laboratorio de Química, conocido como la Casa de la Química, cuyo primer director fue el francés Joseph-Louis Proust, traído a España por Carlos III para auspiciar el desarrollo científico del país. En esta institución Proust no solo enseñó química, mineralogía, metalurgia, etc., sino que descubrió la ley de las proporciones definidas, una de las fundamentales de la química.

En Salamanca, Patrimonio de la Humanidad desde 1988, conocieron importantes monumentos históricos y artísticos: la Plaza Mayor, con sus famosos medallones, que retratan importantes personajes; la Universidad, la más antigua de España que se mantiene en activo, en cuya fachada los alumnos buscaron la famosa rana (dicen que si la encuentras, apruebas todos tus exámenes); la Catedral Vieja, del siglo XII y estilo románico, y la Catedral Nueva, de estilo gótico; la calle Libreros, la Casa de las Conchas…

Asimismo, hicieron un recorrido por la Salamanca literaria, pues numerosos escritores y obras están estrechamente unidos a esta ciudad: la Casa-Museo de Unamuno, escritor que fue tres veces rector de la Universidad, concejal y hasta diputado de la ciudad castellano-leonesa; el famoso verraco de “Lazarillo de Tormes”, junto al Puente Romano, cerca del cual hay ahora una estatua en bronce que recuerda a Lázaro y al ciego; el Huerto de Calisto y Melibea, los famosos amantes protagonistas de “La Celestina”; la estatua de Fray Luis de León frente a la puerta de la Universidad, donde dio clase y de la que le echaron por traducir al castellano “El cantar de los cantares”; la Cueva de Salamanca, donde dicen que daba clase el mismísimo diablo; el Café Novelty, situado en los soportales de la Plaza Mayor, donde se veía con frecuencia a Torrente Ballester, cuya efigie lo recuerda en la mesa que solía ocupar…

Finalmente, alumnos y profesores llegaron a Ávila, cuna de la literatura mística y poseedora del recinto amurallado medieval mejor conservado de Europa, declarado Patrimonio de la Humanidad. Allí, además de caminar por la muralla y por sus calles medievales, entre ellas por la judería, visitaron la Catedral del Salvador, de estilo gótico, y el Convento y Museo de Santa Teresa de Ávila, recordando los conocidos versos de la mística: “Vivo sin vivir en mí/ y tan alta vida espero/ que muero porque no muero”.