ECODENUNCIA: Malos accesos al Teatro Vico

El pasado catorce de Diciembre, como todos los años en vísperas de Navidad, el colegio Cruz de Piedra de Jumilla, tuvo bien a invitarnos a la Coral del Centro de Día de personas Mayores (Hogar de la tercera edad) al Festival de villancicos que ellos organizan en el Teatro Vico de nuestra localidad. Ni que decir tiene, que asistimos todos los componentes de la Coral, con el mayor gusto, pues los profesores de este colegio nos tratan siempre con el máximo respeto, cariño y simpatía, nos colman de atenciones y regalos y hacen que pasemos con ellos una tarde muy agradable. Quiero dejar esto bien claro, pues la crítica que va a continuación no es para ellos sino para la organización del evento dentro del Teatro; ignoro si son trabajadores del Ayuntamiento o de alguna empresa contratada por él, porque en principio yo no conozco a ninguna de ellos, sólo tengo que decir que se comportaron con nosotros, como mínimo, con total falta de sensibilidad hacia las limitaciones propias de nuestra edad. La Coral del Hogar, somos un colectivo de personas mayores y como tales hay que tratarnos, así que no comprendo en absoluto que, habiendo para acceder al escenario del teatro una puerta para entrada de los artistas, con la que se accede con comodidad y seguridad, se nos obligara a entrar por una puerta lateral, la de los tramoyistas, en la que hay que subir unas escaleras altísimas, que carecen de barandilla e incluso de un simple pasamanos para sujetarse. Es inadmisible.

Yo pude subir porque me ayudaron dos compañeras, pero otras, que necesitan bastones para andar, no pudieron hacerlo. A estas edades, quien más quien menos, tenemos algún tipo de limitación.  A los niños pequeños si se les dejó entrar por la puerta de los artistas, supongo que porque considerarían peligroso para ellos que subieran por la puerta lateral  ¿Por qué a nosotros  se nos permitió? ¿Saben en la responsabilidad que incurren si a alguno de nosotros le hubiera pasado algo en aquella escalera tan peligrosa?

A mí se me ocurrió que, puesto que cada uno de nosotros disponía de una entrada, podíamos entrar al patio de butacas y desde allí, acceder al escenario por el pasillo lateral; pues esta es otra: todas las puertas del escenario permanecían cerradas a cal y canto. En algún momento de las actuaciones, me asaltó el miedo: pensé que habiendo en el escenario tanto niño pequeño de hasta dos añitos o algo más, un colectivo de minusválidos psíquicos y otro colectivo de mayores, si ocurría algo ¿Por dónde íbamos a salir si estaba todo atrancado? Tacharme de exagerada si queréis, pero por un instante en mi cabeza pasaron las imágenes del Madrid Arena.

 ¡Qué somos personas mayores y nos merecemos otro trato!

Tengo que añadir en honor a la verdad que una persona en particular sí se portó magníficamente; ocurrió que cuando acabó nuestra actuación, como hacía un frío espantoso, dos señoras, ambas con bastón, y yo, quisimos salir de allí sin más dilación, pero ¿Por dónde? La única salida era la escalera peligrosa y no nos atrevíamos a bajar; un señor muy amable nos sacó por detrás del escenario, ordenó que se nos abriera una puerta y nos sacó hasta el pasillo de plateas.

   Por mi parte, el año venidero, si todos los miembros de La Coral del Hogar, no somos autorizados a entrar al Teatro por un lugar seguro, si se vuelve a poner en riesgo nuestra integridad física, yo no cantaré; mis compañeros que haga cada cual lo que considere oportuno pero yo no tomaré parte del evento. Ya sé que una voz de más o de menos ni se nota, que nadie es imprescindible pero considero que lo último que hay que perder es la dignidad.

Ahí no queda todo, a nuestra directora, dos señores de la organización, se permitieron levantarle la voz y ella tuvo que llamarles al orden diciéndoles que, quién eran ellos para gritarles así. Eso tiene un nombre mi querida Asitesi  y no me da miedo decirlo: eso es tratarte con prepotencia.

A raíz de haber publicado el anterior artículo en mi facebook mi nieta lo leyó y vino a comentarme que a ellos, ella y sus compañeros, componentes de la Banda de Música de Julián Santos, cuando acuden al Teatro en calidad de músicos a ensayar o a dar un concierto, también les obligan a entrar y salir por la puerta de los tramoyistas y yo considero que aquella escalera es peligrosa incluso para la gente joven. Y digo yo: la entrada de artistas ¿Está sólo de adorno o es que se gasta si se usa mucho? La entrada de tramoyistas no está concebida para que transiten los actores por ellas, sino para entrar por ella los decorados y muebles de las distintas compañías que vienen a actuar, de ahí que no tenga barandilla, para dejar espacio para pasa los decorados.

El Teatro Vico es del Ayuntamiento, es decir, del pueblo, para uso y disfrute del pueblo, así cuando a estos músicos se les niega el uso de la puerta de los artistas, se les está negando su derecho a utilizar el establecimiento como es debido. Sigo pensando que si alguien tiene un accidente en aquella escalera por la que son obligados a pasar sin necesidad, puesto que hay un acceso apropiado para ello, si alguien tiene un accidente y reclama, se le puede caer el pelo ¿ Y por qué no acuden a la Concejalía que corresponda?

La última vez que tuvimos aquí, en los micrófonos de “Aires de Jumilla” al señor alcalde, a últimos del curso pasado, nos dijo que, él como alcalde, la totalidad de los concejales y hasta el último de los empleados del Ayuntamiento, estaban a nuestro servicio, al servicio del pueblo, pues en última instancia y al fin y a la postre, nosotros pagamos sus sueldos con nuestros impuestos.  A dar servicio es a lo que se tienen que dedicar los empleados del Teatro y no a incordiar y a tomar decisiones arbitrarias.