Tendencias en el consumo del vino

El pasado fin de semana tuvimos una de las habituales visitas en bodega por parte de un grupo formado por gente de Jumilla y de Cartagena. Hasta aquí nada anormal excepto que la mayoría de las personas eran bastante jóvenes.

En los últimos años hemos asistido al creciente interés que despierta el vino entre este colectivo, sin embargo las cifras de consumo por habitante y año se situaron el año pasado en España en su nivel más bajo de las últimas décadas. ¿Qué es lo que está pasando?, ¿por qué nuestra percepción es que cada vez se consume más vino y las cifras revelan lo contrario?

Según nuestra opinión, la gente joven se inicia en el mundo del vino por placer, por moda o porque simplemente sus amistades lo piden en un bar o restaurante. Este consumo se limita a los fines de semana cuando se juntan los amigos para comer o cenar y piden alguna botella para acompañar las viandas, es un consumo puntual y enfocado mucho más al placer y al disfrute del momento. Esto se aprecia claramente cuando entramos a un restaurante y vemos que en casi todas las mesas hay alguna botella de vino, y de ahí la falsa percepción de que cada vez se consume más.

En el otro extremo se sitúan las personas de edad un poco más avanzada, donde el vino se consume a diario, acompañando con una copa las comidas y las cenas. Para este grupo el vino siempre a formado parte de su dieta, como si fuera un alimento más, no importa tanto la calidad del producto, lo que importa es que no falte en su mesa.

Es verdad que es un consumo casero, casi oculto porque nadie está en la casa de otro a ver que bebe. Pero claro, la gente de edad avanzada llega un punto en el que por enfermedades, fallecimiento o debilidad de su organismo deja de beber. Se va perdiendo así el grueso del consumo nacional de vinos de mesa y a granel (por arrobas) y sustituyéndose por un consumo más puntual aunque con vinos de mayor calidad. Por tanto ese cambio de vino-alimento por vino-placer, que es lo que todos queremos no nos vayamos a engañar, redunda también en una bajada de consumo por habitante y año a nivel general.

Hay también aspectos que influyen en esta bajada de consumo como son las campañas antialcohol organizadas por la administración y los controles de alcoholemia cada vez más comunes en España, pero este tema daría para escribir otro artículo. Esperemos que las nuevas generaciones se vayan sumando, cada vez más, al consumo diario. Está demostrado que con moderación, no solo proporciona placer sino que además es bueno para el organismo.