¿Quién cuida al cuidador? – Jara Cuadrado

 Jara Cuadrado

Cada vez es más elevado el porcentaje de personas que se encuentran en una situación de dependencia física, precisando cuidados constantes y ayuda por parte de una tercera persona, que se encarga de atender dichas necesidades.

En la mayoría de los casos es un familiar el responsable de dichos cuidados, suele ser la pareja la persona que primeramente atiende al enfermo, si el cónyuge ha fallecido se transfiere el cuidado a los hijos.

El cuidado de una persona mayor en situación de dependencia implica múltiples y diversas tareas, cambiando con el tiempo en función de la evolución de la enfermedad, teniendo así en la mayoría de las ocasiones un carácter crónico. Además en estos casos se añade la carga emocional, que supone para el cuidador el deterioro de un ser querido.

Cuando todos los cuidados del enfermo recaen sobre una única persona, ésta se encuentra en grave riesgo de sufrir las consecuencias tanto físicas como psicológicas derivadas del estrés  que supone ser el cuidador principal. Suele aparecer una sobrecarga a consecuencia de las demandas del enfermo con las dificultades del cuidador de compatibilizarlas con los otros roles que desempeña en sus otras facetas.

Es frecuente que los cuidadores principales experimenten sentimientos de tristeza, apatía, irritabilidad o ansiedad, ya que se sienten desbordados ante todas las demandas de su entorno. Además se suma la incertidumbre de la enfermedad, la cual se prolonga durante un tiempo indeterminado y no se sabe, en la mayoría de las ocasiones, cómo evolucionará.

Los cuidadores evitan hablar de su estado de ánimo y de sus sentimientos porque consideran que sería egoísta hacerlo, por lo que anteponen las necesidades del enfermo a las suyas propias. Para sobrellevar esta complicada situación es importante una buena planificación de las obligaciones y responsabilidades que se deben llevar a cabo, así podremos manejarnos mejor en nuestro día a día y ahorraremos tiempo.

Muy importante para el cuidador es la percepción de una red de apoyo social con la que poder contar en los duros momentos, sintiéndose así la persona protegida y respaldada gracias a los amigos y familiares.

Finalmente si el cuidador principal se siente desbordado no pudiendo manejar la situación debe buscar ayuda psicológica. Una vez en terapia, el psicólogo será el encargado de enseñar un adecuado afrontamiento de la enfermedad del familiar junto con las estrategias necesarias para compatibilizar las obligaciones propias del cuidado con tiempo para ocio.

Suelen buscarse otras alternativas que beneficien al cuidador principal, como buscar a otra persona en la que delegue el cuidado del enfermo durante unas horas, para poder dedicarse tiempo para uno mismo y recuperar así parte de la vida social.