Soy como los demás…DIFERENTE

La Asociación de Padres de Niños con Dislexia y otras dificultades de aprendizaje (ADIXJUMILLA) organizó una charla informativa-divulgativa 

Cinthya Díaz

La Asociación de Padres de Niños con Dislexia y otras dificultades de aprendizaje (ADIXJUMILLA) organizó ayer una charla informativa-divulgativa en el centro cultural Roque Baños con el pedagogo Francisco Campillo, miembro del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica del Altiplano, sobre “La dislexia y otros trastornos del aprendizaje en el sistema educativo”. Francisco Campillo es conocido por ser impulsor de la atención a la diversidad con programas como: UPA; Unidad de Programación Adaptada y PROA; Programa de Reforma y Orientación Académica.

El orientador a lo largo de la charla insistió en que la dislexia no es una enfermedad pese a que su origen sea de carácter neurobiológico: Dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de palabras y problemas de ortografía, sino un trastorno de aprendizaje que no tiene cura pero que sí puede mejorar si se aplican unos métodos específicos de aprendizaje al niño. “No etiquetamos, lo que decimos es que los comportamientos que tienen están asociados a un trastorno y a partir de ahí se identifican sus necesidades” aclaró Francisco Campillo.

Los niños que tienen dislexia tienen dificultades específicas de aprendizaje en: la lectura, la escritura, el cálculo y el razonamiento matemático. Aunque los maestros suelen ser los primeros en detectar estos problemas, la familia es un pilar fundamental ya que en casa deben observar el comportamiento del niño y en ningún caso, compararlo con los hermanos. En caso de dudas, los familiares pueden comunicarlo al orientador del centro escolar para que realice las pruebas correspondientes si fuese necesario.

Francisco Campillo explicó que hasta 3º de primaria no se recomienda evaluar al niño ya que hasta entonces no tiene asentadas las bases de la lectoescritura.

Uno de los problemas a los que se enfrenta tanto Francisco Campillo como los orientadores de los centros escolares, son los recortes en Educación y el poco tiempo que hay para evaluar a los niños. “En el colegio San Francisco tengo cuarenta y siete derivaciones y solo voy un día y medio y a Yecla un día a la semana” explicó el orientador.

Pese al poco tiempo para evaluar, Francisco Campillo indicó a los padres que se debe de revaluar al niño cada dos años sobre todo en 6º primaria para que el informe pase al orientador del instituto.

La charla finalizó con una serie de recomendaciones orientativas y metodológicas a los padres y profesores que deben aplicar una vez diagnosticada la dislexia e insistió por última vez en que, son niños normales y diferentes como todos pero con una dificultad de aprendizaje.