El auge de Gabriel Martínez y Crápula Wines.

El emprendedor Gabriel Martínez ha visitado Antena Joven para hablarnos del auge de sus vinos Crápula, ya presentes en la compañía aérea Lufthansa.

Todo empezó en 2007, cuando Gabriel, en su estancia en Bodegas Baigorri, decidió experimentar con su compañero enólogo y crear un vino, cuenta él, por “hobby”. Al que se acabaría convirtiendo en un relevante empresario en su sectorle entusiasmaba la idea de plasmar el término “crápula” en la etiqueta de una botella. Para él connotaba algo así como “vivir la vida intensamente”: aprovecharse de aquellos pequeños placeres cotidianamente especiales, donde intervengan “alegría” y  “desconexión” en compañía de seres queridos, pero siempre con cierto“equilibrio”, nos cuenta.

Simultáneamente al inicio de la crisis, Martínez y su reducido equipo de enólogos aportaron “pasión, ilusión, mucho esfuerzo y la sapiencia de cada uno” en el exitoso intento de comprimir varias emociones en botellas de vidrio. Pero no todo es llegar y besar el santo; el proyecto no se quedó solo en propósito gracias al costoso proceso de engranaje a todas las escalas: desde el cultivo de la uva monastrell o syrah hasta la postventa, pasando también, por ejemplo, por la maceración o la fermentación de su vino.

Para el interesado, el repertorio es amplio. Gabriel puede destacar una cualidad de cada uno de sus vinos, como ha demostrado: del Crápula Gold, jovialidad o vivacidad; del Crápula, frescura o equilibrio; del CráupulaSoul, elegancia; del Crápula Dulce, sensualidad; del Roble, nervio; del Selección, armonía; del Célebre, sintonía de muchas emociones; del Célebre Crianza, carácter mediterráneo.  Y recalca que es tarea del degustador decidir cuál consume según factores como su estado de ánimo o la compañía.

El punto de venta en Jumilla es Vinotería Los Chilines, pero en ámbito regional y nacional también se pueden adquirir en tiendas especializadas.

Actualmente, la empresa ha logrado que sus vinos figuren en las mejores guías enogastronómicas, alcanzando incluso la opinión de críticos. Tanto es así que cuenta con sus vinos el prestigioso restaurante Chicote en Madrid y, como célebre novedad, también ahora la línea de aviones Lufthansa. Después de todo, los de Crápula Wines solo pueden sentirse satisfechos por los resultados obtenidos, por haberse sobrepuesto a circunstancias desfavorables para emprender y por ser fieles a su intuición inventiva, apartando un tantolas tendencias.

Aun así, nuestro invitado no es conformista y se hace cargo humildemente de que “aún falta mucho”. La bodega, dice, “está en fase de ello”, de constituirse en la zona de la Peñarrubia, paraje de la Graja. Y como expectativas futuras, tiene la de mantenerse en la línea de precios “asequibles” –que oscilan entre los 4 y los 17 euros, aproximadamente-, gustar a los clientes y conseguir fidelización y extender su comercio a los mejores sitios posibles, siempre, cómo no, persiguiendo la excelencia a todos los niveles.