Bola de cera, icono juvenil de la Semana Santa

Los niños son junto con los mayores protagonistas de la Semana Santa, relevo generacional que desde la infancia vive uno de los momentos más representativos de la cultura católica, comprometidos con la tradición disfrutan al lado de la familia con intensidad de las procesiones de su ciudad.

A la tradición y al culto al Señor se añade un componente tradicional que llama la atención de los que seducidos por la devoción deciden ir a disfrutar a Málaga de la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, costumbres  cotidianas propias de la localidad que le otorgan la particularidad genuina que hace efecto llamada entre los turistas.

Particularidades de las que cabe destacar una bola de cera que van agrandando con los residuos de los cirios de los peregrinos año tras año desde muy temprana edad, formada al principio con una pequeña bola de papel aluminio sujetado con un palo que tiene como misión evitar que se quemen las manos, formando una gran esfera de varios colores que exponen los chiquillos mientras corretean entra la multitud.