Poema a los vinos de denominación de origen Jumilla

Estoy templando la lira de mis versos

intentando escribir una poesía

dedicada a los vinos jumillanos

porque son alimento y ambrosía.

Brindar con los vinos de esta tierra

es lo mejor de  una velada amena

sintiendo ese sabor inigualable

del que al brindar la boca se nos llena.

Es placer comparado al de los dioses

porque una fiesta celebrar con vino

siendo vino criado en estos lares

es realmente un placer de lo más fino.

El vino va ligado a la amistad

y  la gente se vuelve más amable

al tomar unas copas y brindar

en un ambiente ameno y agradable

Y cuando al fin la cosecha madura

vendimiar más que trabajo es fiesta

es esfuerzo, ilusión, hasta es cultura

Y cada sorbo de vino lo demuestra.

Porque una copa de vino sintetiza

el amor con que estas uvas se han criado

que son la principal materia prima

de vino tan fielmente elaborado

Cada botella de vino es un mensaje

que lleva hasta cualquier rincón del mundo

la esencia de esta tierra y su paisaje

su  dulzura y aromas más profundos,

que luego al descorcharlas eclosiona

esparciendo en el aire esa alegría

que al liberar su aroma se expansiona

haciendo inolvidable cualquier día.

Convirtamos en fiesta un día cualquiera

con esa sensación tan placentera

que da un vaso de vino si se pone

a la hora de comer sobre la mesa.

Sintámonos poetas cuando el vino

ennoblece la mesa que visita

que es obra del sudor del campesino

y prueba de amistad de aquel que invita.

Brindemos por la denominación

del vino de origen de Jumilla

y que nunca en cualquier celebración

falte esta embotellada maravilla.

Juan Castellanos Gómez