LA ENTREVISTA: Noelia Tomás directora del CEIP Principe Felipe

Si ya era dificil enfrentarse al curso 2020/2021 en plena pandemia y empezando online a consecuencia de la fase 1, el CEIP Principe Felipe ha vivido otra gran revolución; la de mudarse de instalaciones. 

 

Este año la comunidad educativa hacía las maletas y se cambiaba de centro a uno completamente nuevo y a estrenar. “Han sido unos meses muy intensos, sin horario y con plena dedicación. El traslado y la puesta en marcha de este centro ha sido una tarea muy laboriosa” afirma su directora Noelia Tomás Martinez en una charla con ‘El Eco De Jumilla’ en la que cuenta cómo se ha enfrentado a esta situación nueva y cómo lo ha vivido ella a los mandos en primera persona. 

 

 

 

No ha sido fácil, la verdad. Han sido unos meses muy intensos, sin horario y con plena dedicación. El traslado y la puesta en marcha de este centro ha sido una tarea muy laboriosa y complicada, a lo que hay que sumarle esta situación sanitaria inédita. Ha sido, y está siendo, mi mayor reto profesional hasta la fecha.  

Se trata de una gran carga y una gran responsabilidad de muy difícil desempeño que nos ha quitado el sueño, donde gracias a mi equipo directivo y a la colaboración de todos los maestros de este Claustro, estamos consiguiendo superar; aunque todavía es mucho el trabajo que queda por delante. 

 

 

 

Mucho tiempo. Desde principios de este año comenzamos a realizar los trámites para solicitar mobiliario, realizar propuestas al proyecto, mantener reuniones con los técnicos de la Consejería de Educación y Cultura,… Había que preparar el terreno y teníamos mucho trabajo por hacer. 

El protagonista de final de curso fue, sin duda, la incertidumbre. Habíamos preparado todo para la mudanza, pero no podían asegurarnos que el traslado iba a suceder antes de empezar el curso, puesto que había retraso en los trámites administrativos; pero lo lograron y en la última semana de agosto nos comunicaron que ya podíamos entrar y nos vino la avalancha de tareas: mudanza, limpieza, últimos arreglos, visitas de técnicos, llegada de mobiliario, preparatoria de las medidas de seguridad ante la Covid-19,… Fue muy complicado y contrarreloj. No habían fines de semana ni descanso con el objetivo de tenerlo todo listo para recibir a nuestros alumnos. Nos encontramos un centro vacío, con luz de obra, sin Internet, sin soporte informático, ni muebles,… Partíamos de cero y no había ningún manual de consulta. Hasta hoy, que todavía seguimos perfilando detalles poco a poco, mejorando las condiciones y poniendo en funcionamiento todos los recursos y posibilidades de este centro, como el Comedor Escolar, que hemos logrado iniciar el pasado 15 de octubre. 

Se trata de unas instalaciones increíbles que queremos aprovechar, lo que nos hace pensar que el tiempo dedicado ha merecido la pena. 

 

 

 

Principalmente, el centro necesitaba alumnos y así ha podido ser por el inicio de las clases presenciales tras un mes de educación telemática. Pese a la difícil situación sanitaria, estábamos deseando tener a nuestros alumnos aquí y poder poner en marcha todo aquello que habíamos programado “sobre plano” (o imaginado) para este centro. Es con ellos allí cuando le vas dando forma al colegio y se va creando la atmósfera educativa a la que adaptarnos, provocando ciertos cambios o aflorando algunas de sus necesidades. Aún hay mucho por hacer: todavía no tenemos Wi-Fi, seguimos con luz de obra, el huerto no se ha podido poner en marcha,… Y otra cosa pendiente importante que estamos deseando hacer es enseñar este centro a las familias, que han confiado ciegamente en nosotros y sin conocer dónde dejaban a sus hijos, nos han hecho llegar su apoyo y respaldo. 

Además, tenemos muchos proyectos por delante con los que pretendemos aprovechar estas maravillosas instalaciones, exteriores e interiores, y mejorar el día a día de toda nuestra Comunidad Educativa, y con ello, el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros alumnos, que es nuestro principal objetivo. 

 

 

 

 

Estresante. No estábamos preparados técnicamente. Teníamos la experiencia de las clases telemáticas del curso pasado, las cuales habíamos analizado y evaluado para conocer cómo era necesario mejorar, incluso realizamos un cuestionario a las familias para conocer su opinión y mejorar el proceso. Teníamos claro qué queríamos hacer en las clases online, pero no teníamos los medios. En cuanto conocimos la noticia, nos pusimos manos a la obra para ofrecer a nuestro profesorado los medios necesarios, acudiendo ese fin de semana para instalar los equipos que todavía estaban empaquetados, comprando recursos, usando nuestros propios medios y solicitando webcams y/o dispositivos al Centro de Recursos y Profesores y a la Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia, de los que recibimos respuesta y un envío de equipamiento. Los medios han sido limitados, pero nos hemos adaptado a ellos y hemos conseguido llegar a las casas de nuestros alumnos de la mejor manera posible. 

 

 

El encuentro con ellos ha sido muy especial y emotivo. Eran muchos meses los que habían pasado y muchos los cambios que se habían producido. 

Los niños son increíbles, viendo su comportamiento en estas duras circunstancias en las que han llegado a un nuevo centro, con nuevas normas de seguridad (distancia interpersonal, mascarilla, recorridos dirigidos, zonas de recreo limitadas,…) y un estado emocional “tocado” por todo lo vivido en estos pasados meses, nos han demostrado una gran fortaleza y responsabilidad. Se han adaptado fácilmente. 

Creo que a los adultos nos está costando más que a ellos asimilar esta nueva situación.