País de chirigota
A doña Cuaresma y a don Carnal
la resignación ya se les agota
con este gobierno de chirigota
y estos políticos de carnaval.
Mariano se coloca el antifaz,
no da la cara, juega al escondite.
Hasta su niña brinda si dimite
y se declara fiesta nacional.
Cuando Bárcenas tire de la manta,
aunque veten su caso en el Congreso,
ni Dios ni el papa quedarán ilesos,
caerán hostias y no serán santas.
Al pobre duque no se le levanta
entre lo de la web y el palacete.
A Cristina ya nunca se la mete,
de ahí la cara que lleva la infanta.
Para el Gürtel, el confeti es barato;
viajes, cumpleaños y comuniones
también son un chollo para Ana Mato
que nunca escatima en celebraciones.
Borja Angosto Rubio
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