La Ruta de los Cucos rindió visita a los de los parajes de la Escarabaja, el Ardal y el de los Tinajones

Organizado por el Museo Municipal de Etnografía y Ciencias de la Naturaleza y como parte de las actividades de su 50 Aniversario, el pasado sábado 15 de junio se realizó una ruta por parte de los cucos del término municipal de Jumilla, en el que se incluyeron tres visitas de patrimonio cultural y natural próximos a los cucos a visitar.

Fotos: Paco Lozano

La primera visita se realizó por el interior de una finca de frutales donde se conserva el Cuco de la Escarabaja,  que gracias a sus dueños se conserva todavía en pié. Se eligió este cuco por varias razones, la primera es que está realizado a piedra seca totalmente, y al mismo tiempo por ser uno de los más pequeños que se conservan realizándose en su día para cumplir su función de refugio del agricultor, tanto para los días de intenso frío como para los días de excesivo calor del verano, comprobando el cambio de temperatura que existía del exterior al entrar a su interior. Aprovechando la cercanía con el aljibe del mismo nombre se pudo admirar  también, pues es de los pocos que conserva la pila de piedra y la guitarra. Este aljibe era visita pendiente de la pasada excursión por los aljibes de las tendidas del esparto y existía un compromiso de visitarlo por ser uno de los mejores conservados.

De allí la ruta partió hasta el paraje del Ardal para ver este cuco tan emblemático y que con tanto cariño lo conservan sus dueños y los propietarios de una bodega donde lo tienen en una etiqueta como marca de vino. Se encuentra fabricado con piedra y barro, construido a finales del siglo XVIII, del que se puede admirar su cúpula interior con la altura máxima de los cucos jumillanos. Este fue restaurado  en 1872. Aprovechando la cercanía de una ermita también se rindió visita, tratando de reconstruir su esplendoroso pasado y la pena de haber quedado a merced de buscadores de tesoros.

De allí se trasladaron a más de 30 kilómetros para visitar el Cuco de la Barraca, que es otro de los mejores ejemplos jumillanos de la edificación totalmente a piedra seca; este se encuentra en el paraje de los Tinajones, cerca de la pedanía de la Cañada del Trigo. Allí se pudo gozar de su estructura, sus paredes totalmente alineadas e inclinadas hacia su interior, con los cantos redondeados y una escalera de 8 peldaños de piedra empotrados en su lado norte.  

Junto a este cuco se visitó también unos almendros centenarios que serán dignos de catalogar entre los árboles singulares de Jumilla y seguro que de los de mayor diámetro de la Región de Murcia, un autentico tesoro de la naturaleza.