Destapando a Sebastián García

Jose Pérez M.

Si vienes a Jumilla y no visitas Casa Sebastián, seguramente te irás si conocer del todo lo que es nuestra gastronomía y nuestros vinos. Allí, detrás de la barra, encontrarás a Sebastián García, gerente de este Restaurante jumillano, una persona abierta, generosa y muy trabajadora. Asegura que si algo es en la vida se lo debe a sus padres (Sebastián y Fina) y se considera ultra defensor de los vinos de Jumilla, una de sus pasiones.

La segunda generación de Casa Sebastián… ¿Cómo llegas a estar detrás de la barra?

Yo nací detrás de la barra del bar, mi madre dio a luz de mí y a los cuatro o cinco días me tenía aquí en una caja de dátiles liado en algodón. Prácticamente me he criado en el bar toda la vida y los 52 años que tengo no he salido de aquí. Las 24 horas del día se las dedico a mi negocio y estoy muy orgulloso de seguir lo que fundó mi padre en el 8 de enero de 1955 y estuvo aquí hasta días antes de morir, yo espero jubilarme antes pero intentaré aguantar lo máximo.

¿Con que edad empezaste a trabajar aquí?

Desde bien pequeño. Entonces la jornada del colegio era de 9 a 12 y de 3 a 5, a los demás compañeros los profesores les ponían deberes para que hicieran a medio día y a mí no me ponían deberes porque ya sabían que me venía directo del colegio a ayudarle a mis padres. Bueno, alguna que otra vez me escaqueaba, me iba a jugar y tenían que salir a buscarme. Incluso hay gente que todavía me recuerda que me veían con 8 años sirviendo mesas y no llegaba al tablero.

¿Te arrepientes de haber cogido este camino?

No, nunca he pensado eso. Ahora veo gente que estudió conmigo, ha llegado muy lejos y siento una envidia sana. Como tengo mucha confianza con ellos siempre me dicen “haber estudiado”, pero la verdad que estoy muy orgulloso y jamás me arrepentiré de lo que estoy haciendo.

¿Cómo ves la evolución del mundo de la hostelería desde que empezaste hasta hoy?

Ha evolucionado muchísimo, tanto en el número de negocios como en lo que es la gastronomía en sí, los emplatados, la presentación. Ahora la verdad que hay muchos programas de gastronomía, unos hacen bien y otros que hacen mucho daño. El mejor programa que he visto relacionado con este mundo es el de Karlos Arguiñano porque hace una cocina que la puede hacer cualquier persona en casa, son guisos caseros, no es tanto como Master Chef o Top Chef que son platos muy difíciles para hacerlos en casa.

¿Qué es lo que más hacéis en Casa Sebastián?

Nosotros seguimos siendo los mismos, el gazpacho jumillano yo creo que a día de hoy es el top de Casa Sebastián. Platos caseros como la fabada de la casa, patas de ministro, pelotas de relleno con caldo, oreja de cerco en salsa con vino, un lomo adobado con tinto monastrell y siempre intentamos que el vino de Jumilla esté presente en nuestros guisos. Son muchos los platos que tenemos pero nuestra especialidad son los guisos caseros.

¿Consideras que tu restaurante es un referente en Jumilla?

Creo que Casa Sebastián a día de hoy es un referente en Jumilla por sus guisos caseros. Todos los restaurantes son buenos, porque cada uno tenemos nuestras especialidades pero yo siempre lo he dicho: “Quien venga a Jumilla y quiera comerse un buen guiso casero y tengo ocho o nueve platos a elegir tiene que venir a Casa Sebastián. Quién quiera comerse un buen marisco, pues no tiene que venir a Casa Sebastián”. Y bueno, yo creo que somos más conocidos fuera que en Jumilla, siempre hemos tenido una clientela muy peculiar. Tal vez al no abrir domingos y festivos, ni por las tardes, creo que la gente de Jumilla no conoce lo suficiente nuestro Restaurante.

Es un negocio familiar, estás tú, tu mujer, también he visto alguna vez a tu hijo… ¿Háblame de la relación con tu familia dentro del Restaurante?

La verdad que desde que nació Casa Sebastián siempre ha sido un negocio familiar. Estaba mi padre y mi madre, mis dos hermanas, después me incorporé yo y estábamos los cinco de la familia. Yo seguí con el negocio y a día de hoy tengo a mi mujer María Dolores trabajando conmigo en la cocina, y mi hijo Alberto también, mi hijo Sebastián por ejemplo está estudiando en Murcia. La verdad que nos llevamos bien, todos los días nos peleamos porque es normal en el negocio, pero nuestro negocio siempre ha sido familiar.

Yo ya no sé donde localizarte, una vez que vengo estás detrás de la barra, otras veces te pillo en la cocina, ya no se qué eres…

(Risas) Soy Sebastián y tengo que estar en todas partes. En la cocina tengo a mi mujer, que es una magnifica cocinera y repostera y estoy muy orgulloso de ella. Fue la que se metió en la cocina con mi padre antes de que falleciera y la que empezó a seguir las tradiciones y los platos que hacía mi padre y a día de creo que lo ha superado. Siempre he dicho que mi padre es el mejor cocinero que he conocido y ella ha seguido las tradiciones, lo hace genial y estamos muy contentos.

Aprendió del mejor…

Aprendió del mejor y luego ha ido metiendo sus propias ideas, aunque nosotros seguimos haciendo las recetas que nos dejó mi padre. Yo siempre digo que es una desgracia que mi padre no nos dejara un libro de recetas, hay muchas cosas que estamos haciendo y me acuerdo mucho de él. Cuando estaba en la cocina, yo hacía los guisos y siempre se los daba a probar a mi padre, siempre me ponía alguna pega, jamás me ha dicho: está perfecto. (risas). Echo mucho en falta a mi padre, lo echo mucho de menos, tanto a él como a mi madre, pero a mi padre muchísimo más porque para mí era un amigo.

¿Qué aficiones tienes más allá del restaurante?

Yo creo que en mi vida lo he tocado todo, no he destacado nunca en nada pero la verdad que empecé jugando al fútbol, después “futbito”, he montado he bicicleta, he hecho senderismo, he jugado al tenis, al padel. A día de hoy tengo un grandísimo amigo como es Pascual Navarro, y los domingos que podemos salimos al monte, nos gusta hacer senderismo y por supuesto bebernos nuestra botella de vino, almorzar y pasar una grata mañana.

Cuéntame un poco sobre la Ruta del Vino, ¿Cómo se creó? ¿Cuándo? ¿Crees que es importante para Jumilla?

Corría el año 2001/2002, cuando el gran Ignacio Cutillas vino con un tocho de folios de Madrid, del Ministerio de Agricultura y nos dijo: “mirad lo que se está cociendo en Madrid, quieren hacer unas rutas del vino, yo creo que Jumilla tiene que estar presente”, y ahí empezó todo. Pasaron tres años durante los que se le fue dando forma, y en agosto de 2005, junto a otras cinco rutas, Jumilla fue la primera ruta que se certificó en España y desde entonces no se ha parado de trabajar, ha ido creciendo muchísimo y por ejemplo el año pasado, la Ruta del Vino de Jumilla ha sido la tercera que más ha crecido en España, un 38,64 %.

Estamos muy contentos, seguimos trabajando, han entrado asociados nuevos en la última asamblea y hay asociados nuevos que quieren entrar para la próxima. Trabajando muchísimo para poder seguir creciendo. Nos lleva mucho tiempo, organización, reuniones, llamadas de teléfono, Música Entre Vinos… cada vez a más.

¿Cómo venderías Jumilla?

Había un eslogan hace muchos años que decía: “Jumilla reina del vino”, es una frase que siempre me ha gustado. Invitaría a toda la gente que visitara Jumilla, tenemos muchas cosas que ofrecer, siempre lo digo: tenemos que creernos lo que tenemos. Tenemos el monumento del casón, tenemos el castillo que es precioso, tenemos patrimonio, cultura, historia, gastronomía, vinos, paisajes… lo tenemos todo. Nos falta creérnoslo.

Los vinos de Jumilla hoy en día no tenemos que tenerle envidia a ninguna D.O., somos la D.O. más antigua que hay, se está trabajando muchísimo desde el Consejo Regulador como desde la Federación de Peñas como la Ruta del Vino por Jumilla. Yo siempre lo digo: “Que me pongan diez `Riberas´, me pongan diez `Riojas´ y yo pongo diez `Jumillas´, tenemos vinos impresionantes comparables a cualquiera que te quieran poner.

Te quiero preguntar por ese cargo de Pisaor de Honor…

Yo la verdad que nunca he hecho trabajo de campo, siempre he estado en el bar pero no se me va a olvidar nunca. Me pilló muy de sorpresa, tengo una gran relación con la Federación de Peñas, con todos me llevo genial y no se me va a olvidar. El 4 de enero de este 2018, serían las 11 de la mañana cuando vino Javi y me dijo que quería hablar conmigo a solas. Pasamos a la oficina y cuando me lo dijo no me lo podía ni imaginar que me habían elegido como Pisaor de Honor de la Fiesta de la Vendimia y no se me ocurrió otra tontería más grande que decirle: Tengo que consultarlo con mi mujer (risas). Cuando se lo dije a mi mujer me contestó: Pero habrás dicho que sí. Va a ser un día muy entrañable para mí, me acordaré muchísimo de mi padre y espero estar a la altura.

EL TOP 6 DE SEBASTIÁN GARCÍA…

Una película… El Secreto de Santa Victoria, es sobre vinos y me gustó muchísimo.

Una curiosidad… No tengo ni idea, soy muy extrovertido, no tengo ni idea que opine la gente.

Un sitio para viajar… Tailandia.

Un lugar de Jumilla… Restaurante Casa Sebastián.

Un plato… La fabada de la casa en honor a mi padre.

Un vino… Cualquiera de Jumilla, pero por no decir ninguno, diría Pago de Carrovejas de Ribera del Duero.