Regreso del Paraíso o huída del Infierno

El retorno del inmigrante

En la madrugada del domingo Omar Chuick, un ciudadano de color de Mali, se disponía en Ceuta a saltar esa valla que, a lo largo de algo más de ocho kilómetros, separa la ciudad de Marruecos. La guardia civil que patrulla esta endeble línea no salía de su asombro, las alarmas habían saltado, pero en ésta ocasión no se trataba de oleadas de africanos en busca del paraíso occidental, sino de un joven que huía del infierno hispano.

Tras cuatro años de indigencia en Ceuta y búsqueda infructuosa de trabajo y del mana esperado Omar Chuick, no veía posibilidad de llegar al paraíso ansiado. Cansado de dormir en las escolleras del puerto de Ceuta, de sus años de intentos frustrados, de su viaje en patera hasta aquí, ahora sólo aspiraba a volver a su tierra de origen.

No sabemos si el caso de O. Chic será un caso aislado, si en días venideros se producirán nuevos sucesos como el suyo; pero no deja de ser un síntoma claro de que esto no es el paraíso soñado o esperado por miles de subsaharianos. El panorama y horizonte que ofrecemos más bien es desolador, aunque diste años luz del que tienen ellos en sus tierras de origen. Al mismo tiempo, treinta mil inmigrantes latinoamericanos, que solicitaron acogerse a las medidas y primas ofrecidas por nuestro Gobierno para regresar a sus países de origen, no lo han podido hacer al quedarse agotado el presupuesto habilitado para esta partida en el mes de Julio.

¿Serán estos los síntomas de recuperación económica que observa el Sr. Botín?

Publicado por Plácido Guardiola Jiménez